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Jilguero Albino o albinismo en el Jilguero.
Iñaki Marcos Miguélez
Juez O.M.J Fauna Europea
Juez Nacional F.O.C.D.E. Híbridos y Exóticos
El jilguero (Carduelis carduelis) es sin duda, el rey de los aviarios entre los pájaros de Fauna Europea. Es el que más adeptos tiene y, se puede asegurar que enciende pasiones, y no solamente entre los criadores, sino entre todos los aficionados en general. Tan grande es la afición que se tiene a este pequeño fringílido, que es una de las especies que más se cría en cautividad, siendo esto lo que ha favorecido la aparición de muchas mutaciones en un espacio muy breve de tiempo.
Una mutación ya fijada y que se cría en algunos aviarios, es la mutación albina, que es una mutación muy llamativa y no muy conocida.
Albino es un término que procede del latín, concretamente de “albinus”, que a su vez deriva de “albus”, y cuyo significado es “blanco”.
Para entender lo que es el albinismo, hay que señalar que es un trastorno genético de carácter heterogéneo, en el que se produce una ausencia o gran reducción de la melanina. La melanina se produce en los melanocitos, por la acción de una enzima, que se llama tirosinasa. Cuando se transforma la tirosina, que es un aminoácido, por acción de esta enzima, el resultado es la melanina.
El albinismo puede afectar a cualquier ser vivo, e incluso a plantas. Se dan casos en personas y en animales. Uno de los casos más populares de albinismo en animales fue el gorila albino del zoo de Barcelona, “Copito de nieve”.
El albinismo, de la misma manera, puede presentarse en cualquier especie animal, incluidas las aves. De hecho, ya se crían ejemplares albinos entre otras especies de aves, en el canario (Serinus canaria domestica), en el camachuelo mejicano (Haemorhous mexicanus) y en el jilguero (Carduelis carduelis).
Recordemos que las melaninas son las responsables del color de aquellas zonas del cuerpo como la piel, los ojos o las plumas y pico en el caso de las aves.
Son las melaninas uno de los dos tipos de pigmentos que tienen las aves, y que se pueden clasificar en dos tipos; la eumelanina que produce los colores negros, grises y marrones, y la feomelanina que es productora de color marrón claro rojizo a marrón oscuro.
Si la alteración en la síntesis de melaninas es el contrario que en el albinismo, y la producción de melaninas aumenta, se produce el efecto opuesto, ejemplares con exceso de pigmentación. Esto se conoce como melanosis o hipermelanismo.
No debemos confundir albinismo con leucismo. Porque el leucismo es una alteración genética que impide que las melaninas se depositen de manera adecuada en las plumas, por lo que éstas aparecen blancas. El grado de leucismo que afecta a un ejemplar varía en función de la extensión del blanco o del grado de pérdida de pigmento. Un ave afectada de leucismo, puede presentar un fenotipo similar al albino cuando la superficie corporal afectada es total o muy extensa.
En ocasiones se oye la expresión “albino parcial o albinismo parcial”, siendo esto incorrecto, ya que si se produce el albinismo en un sujeto es porque la actividad de la tirosinasa está total o parcialmente reducida por lo que no hay síntesis de melaninas. Pero si el ejemplar está afectado de leucismo, la melanina se produce de manera normal, pero el pigmento no se deposita en las células de las plumas de la manera correcta, por lo que aparecen plumas blancas. Esta despigmentación se puede dar en zonas córneas como patas y pico, pero estos ejemplares, los ojos los mantienen de su color normal. No deberíamos caer por lo tanto, en el error de utilizar la expresión “albinismo parcial”, cuando se debe utilizar “ejemplar leucístico” o “ejemplar con leucismo”.
Los aficionados al jilguero, suelen diferenciar a este tipo de ejemplares leucísticos rápidamente cuando éstos son completamente blancos, y les denominan “blanco ojos negros”, que en realidad es, la descripción del fenotipo real del pájaro; un jilguero blanco completamente, pero con los ojos negros, y no rojos como serían los ojos de los albinos.
Todo esto que, aunque parece muy complicado, lo podemos resumir de la siguiente manera; un jilguero albino, es aquel que presenta una ausencia total de melaninas en todas las partes de su organismo, tanto en plumas, como en partes córneas y en los ojos. Por lo tanto, es un ejemplar completamente blanco, de ojos rojos y pico, patas y dedos de color carne y de uñas blancas. Los jilgueros albinos conservan el color de los dos lipocromos; el lipocromo amarillo en las alas y el lipocromo rojo en la máscara.
Como sucede en el resto de mutaciones, un ejemplar albino es susceptible de ser reproducido en cautividad, perpetuando en la descendencia la mutación que le afecta gracias a la herencia genética, que es la transmisión a través del material genético existente en el núcleo celular, de las características anatómicas, fisiológicas o de otro tipo, de un ser vivo a sus descendientes
La mutación albina en el jilguero se comporta de manera autosómica y recesiva. En las mutaciones autosómicas recesivas, el gen con la mutación se encuentra en uno de los cromosomas no sexuales, sin embargo, son necesarias dos copias del gen para que aparezca la mutación. Como sabemos, uno de los cromosomas es aportado por un progenitor, y el que forma el par, por el otro progenitor. Por esta razón, las copias del gen alterado deben de estar presentes en el cromosoma heredado del padre y en el heredado de la madre al mismo tiempo. Cuando solo está presente en uno de los dos pares de cromosomas, el fenotipo es ancestral, aunque será un ave portadora de esta mutación, el albinismo en nuestro caso.
Al transmitirse de manera autosómica, el gen se encuentra en uno de los pares de cromosomas no sexuales y por lo tanto los genes que determinan el sexo no intervienen en la transmisión, los hijos serán albinos o portadores, independientemente del sexo que manifiesten los ejemplares.
Hay que señalar, que un ejemplar cuando es portador de la mutación albina, no muestra ninguna señal en su fenotipo. Es decir, el ejemplar portador de albinismo muestra el fenotipo de un sujeto ancestral. Existe la creencia de que un sujeto clásico portador de albino manifiesta alguna alteración en el plumaje que lo indica, pero no existe señal alguna como plumas blancas, manchas en el plumaje u otras similares que lo delate. Por tanto, un sujeto ancestral y otro portador de albino son idénticos en su fenotipo. La única manera de saber si es portador, es tener la certeza de que lo lleva en sus genes, conociendo los progenitores al ser heredado de, al menos, uno de sus dos progenitores.
Hay que tener claro a la hora de hacer los emparejamientos con jilgueros albinos, cuál será la descendencia que vamos a obtener. Estos son los 5 casos que se pueden presentar;
1- Un progenitor es albino. El otro progenitor también es albino.
El total de la descendencia (100%) es albina.
2- Un progenitor es albino. El otro, es portador de albino.
La mitad del la descendencia (50%) es albina. La otra mitad de la descendencia (50%) es ancestral o clásica siendo todos ellos portadores de la mutación albino.
3- Un progenitor es albino. El otro es ancestral o clásico (no portador).
Toda la descendencia es ancestral o clásica siendo todos ellos (100%) portadores de la mutación albino.
4- Un progenitor es portador de albino. El otro es portador de albino.
La cuarta parte (25%) de la descendencia será albina. Otra cuarta parte (25%) serán clásicos no portadores. El resto de la descendencia, que es la mitad (50%) es clásica portadora de albino.
5- Un progenitor es portador de albino. El otro es ancestral o clásico (no portador).
El total de la descendencia es clásica. La mitad (50%) de la descendencia es portadora de albino. La otra mitad (50%) de los ejemplares serán clásicos no portadores.
Los cruces número 4 y 5 son totalmente desaconsejados, especialmente el 5, ya que no es posible diferenciar aquellos ejemplares clásicos portadores de sus hermanos no portadores.
El cruce ideal sería el caso número 2, siempre que los reproductores clásicos sean óptimos en cuanto a talla y diseño, ya que se obtienen ejemplares clásicos portadores de albino, que son ejemplares óptimos para cruzar con ejemplares albinos y así conservar óptimos la talla y el diseño. Para la obtención de estos ejemplares clásicos portadores, el ideal es el cruce número 3, donde el ejemplar clásico sea un ejemplar de óptimas características, que son las que heredará la descendencia, haciendo especial hincapié en los aspectos a mejorar de los ejemplares albinos.
Habría que cuidar los emparejamientos y evitar en la medida de lo posible los cruces en consanguinidad, ya que como resultado de estos emparejamientos se presentan defectos que tardan varias generaciones en eliminarse, como puede ser la talla y el diseño.
La mutación albina no es susceptible de combinarse con otras mutaciones. Si pensamos en el efecto de la mutación que inhibe la síntesis total de melanina, no podrá darse el caso de que, en un ejemplar se manifieste simultáneamente con otra mutación. Sí podría darse el caso de presentarse un ejemplar que sea portador de albino pero que manifieste una mutación, aunque hacer este tipo de emparejamientos carece de sentido ya que no hay un efecto positivo.
Tampoco se deberían emparejar con ejemplares que presenten leucismo parcial e incluso total, ya que son mutaciones diferentes, que se transmiten de forma diferente.
Los defectos típicos en los jilgueros albinos son;
-Reducción en la talla (tamaño pequeño) por resultado de cruces no óptimos.
-Pérdida de diseño. Reducción de la máscara y pérdida de intensidad en los lipocromos.
-En las hembras el lipocromo rojo de la máscara tiende a ser anaranjado pálido y la extensión de ésta más reducida.
Les acompaña la creencia de que sufren problemas de visión y que tienen problemas para ver los objetos de su entorno como posaderos, comederos etc. Parece que esto no es así y que su vista es tan buena como la de cualquier otro ejemplar. No hay por qué situarlos zonas oscuras o en penumbra. La precaución que se debe tener es la de evitar exponerles a la luz directa del sol y a fuentes iluminación directa, ya que su visión es más sensible a la intensidad de luz.
También hay que comentar que presentan la mismas pautas de cría que el resto de jilgueros, aunque siempre se oye que son malos reproductores. Este y otro tipo de defectos pueden deberse a un sinfín de factores e incluso derivar de una incorrecta gestión en cuanto a cruces y mantenimiento de ejemplares. De ahí la importancia de hacer una buena selección de ejemplares evitando los cruces que no aporten las características deseadas y que conlleven alta consanguinidad.
Ejemplar albino propiedad de
Juan Carlos Castro Royo
Ejemplar albino propiedad de Juan Carlos Castro Royo |
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Ejemplares píos;
-Oscar Gonzalo
Ejemplar amelánico progresivo
-Iñaki Marcos Miguélez
Ejemplar amelánico progresivo de |
Iñaki Marcos Miguélez
Ejemplar amelánico progresivo de Iñaki Marcos Miguélez |
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