El Jilguero (Pájaro)

Carduelis carduelis parva (el Jilguero Parva) es la raza que Charles Vaurie (7 de julio de 1906, Beaulieu-sur-Dordogne, Francia - 13 de mayo de 1975, Reading, Pennsylvania) indica que es el que vive y se reproduce en España y Portugal tambien en el oeste del mar mediterraneto, Azores, Islas Canarias y norte de África (Libia, Marruecos y Argelia). Este Ornitólogo explica que existe un colorín propiamente dicho Ibérico, al cual denomina Carduelis Carduelis Parva, para diferenciarlo de él que vive en el resto de Europa (que también migra a la península para hacer invernada), este migra (nuestro colorín) al norte de África a través del estrecho de Gibraltar. Las diferencias morfológicas más visibles son las relativas al tamaño y a los colores, el parva los tiene más vivos, el pico más corto y puntiagudo, el cante más melodioso y el carácter menos agresivo. Medidas básicas: Longitud = 10,5-13,5 cm ; Envergadura = 21-25,5 cm.; Peso = 14-19 g.; Ciclo de vida = 8-10 años (en cautividad incluso más) Características distintivas de los jilgueros parva son la típica mancha roja en la cabeza y la barra de ala ancha amarilla. El cuello es tan negro como la cola y las alas disponiendo de zonas blancas como las Habas de la cola, las mejillas, sin embargo, son también de color blanco. El plumaje en el resto del cuerpo se encuentra en diferentes tonos de marrón. No hay grandes diferencias entre los sexos aunque existen, hay, sin embargo, numerosas variaciones entre las especies originales (clásicos ancestrales) y las creadas por el hombre en cautiverio además de las que la naturaleza se encarga de crear y de sorprendernos a los criadores. Otra característica distintiva del jilguero es la melodía de su canto, este trino, hace que sea una de las aves más buscadas y criadas en Europa y utilizadas en concursos de cante sobretodo en el sur y este de España (el Silvestrismo, la Pega). Tiene un vuelo muy ondulado y por lo general se mueven en grupos pequeños. Los jilgueros se nutren principalmente de las semillas de girasol y de cardo que recogen directamente de las plantas todavía en formación. En la época de cría no desdeñan pequeños invertebrados como los pulgones que garantizan la proteína que necesitan. No desprecian incluso las semillas de acedera, achicoria, de hierba cana, diente de león etc., frutas y algunos insectos. No es raro ver a estas aves, incluso colgando boca abajo en las ramas en busca de alimento. Entre las variedades de jilguero mutado más comunes que hay, a los que dedican sus esfuerzos los grandes criadores: Mutacion Satiné, Mutacion Isabela, Mutacion Refraccion Azul(nueva, en estudio), Mutación Perlé, Mutación Phaeo o Ala Gris o Aurora, Mutacion Amarilla o factor amarillo, Mutación Amarillo Satinado, Mutacion o Factor CB o Wit-kop, Mutación Bruno, Mutacion Opal, Mutacion Agata, Mutacion Eumo, Amelanicos o Mutación Pio o Panaché, Mutación Pintado, Mutacion blanca, Mutacion Albino, Mutación Barbeto, Garganta o barbachio, Mutación Head Eagle o Cabeza Águila, Mutación Aminet, Mutación Lutino y Mutación negro, Mutación o factor Pastel, Mutación Alabastro, etc. ------- ESTA WEB ES DEDICADA EN EXCLUSIVA, Y ESTÁ EN CONSTANTE ACTUALIZACIÓN, COMO HOBBY PERSONAL SOBRE LA CRIA DEL JILGUERO AUTÓCTONO Y LOS FRINGÍLIDOS (SIN ÁNIMO DE LUCRO). La Zoocria -------- CRIAR ES PRESERVAR

El Parva, nuestro jilguero Parva

El Parva, nuestro jilguero Parva Jilguero Parva
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El jilguero Aminet. Por Iñaki Marcos Miguelez (Juez OMJ de Fauna Europea) y FOCDE Híbridos y Exóticos. Presidente de la Comisión Técnica de Fauna Europea FOCDE

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El jilguero (Carduelis carduelis) es sin duda, el rey de los aviarios entre los pájaros de Fauna Europea. Es el que más adeptos tiene y se puede asegurar que enciende pasiones, y no solamente entre los criadores de esta especie, sino entre todos los aficionados a la ornicultura en general. Tan grande es la afi­ ción que se tiene a este pequeño fringílido, que es una de las especies que, en la actua­ lidad, más se cría en cautividad, siendo esto lo que ha favorecido la aparición reciente de un buen número de mutaciones.
Entre las numerosas mutaciones que han aparecido en el jilguero, una de las que más llama la atención de los aficionados, es la Aminet. Probablemente por el contraste tan marcado de sus colores y diseño.
Cabe señalar que la mutación Aminet en el jilguero es parte de una serie de mutaciones alélicas formada por las mutaciones Ágata, Aminet y Lutino (siendo denominada ésta última, en algunos círculos, como Ágata Sa­tiné).
Antes de todo, parece necesario realizar una aclaración, aunque es ya realmente algo conocido por la inmensa mayoría de aficio­ nados, y es que a la mutación Aminet del jilguero es frecuente que se la denomine como Eumo. Ciertamente hace años, cuando apareció esta mutación se la llamó de dife­rentes maneras. El nombre de Enmascarado se utilizó bastante en Italia probablemente por la similitud con la mutación enmasca­rado o masqué en el diamante mandarín. Siendo además contemporánea la aparición del jilguero Eumo, surgido también en Ita­lia y, probablemente por ser una mutación de fenotipo muy similar y muy reciente su aparición, fue cuando quizás se produjo la confusión denominándose Eumo al Aminet. Aunque ciertamente, el fenotipo de ambas mutaciones es muy similar, hay que seña­lar que existen sustanciales diferencias. Las hay en los mecanismos de transmisión que son distintos; mientras que en el Aminet la herencia es recesiva y ligada al sexo, en el Eumo es recesiva y autosómica. Además de otras diferencias del fenotipo; como que en el Eumo el color del ojo es granate siendo bastante evidente, mientras que en el Ami­net lo tendrá de color marrón oscuro. Los  Aminet tienen los ojos de color rojizo sola­ mente durante unos días tras su nacimiento, oscureciéndose paulatinamente y volvién­ dose completamente oscuros entre los días del sexto al décimo.
También debemos desterrar definitivamente la idea que algunos tienen de que, un Ami­net es un Ágata que porta Lutino (Ágata Sa­tiné). Hay que señalar que, efectivamente, un ejemplar Ágata que en su genotipo porta Lutino (Ágata Satiné), podría llegar a presen­ tar un diseño más claro que un Ágata con­ vencional, mostrando un aspecto bastante parecido al Aminet pero, aunque tenga un fenotipo similar y pueda dar lugar a equívo­cos, no lo es. Si hemos incorporado un ejem­plar de estas características, y por un casual el criador del que proviene no nos ha infor­ mado de su genética, saldremos de dudas en la cría puesto que, de un macho Ágata portador de Lutino (Ágata Satiné), obten­dremos hijas Ágatas y Lutino (Ágata Satiné) mientras que, de un Aminet, obtendremos hijas Aminet. La principal diferencia en la descendencia de estas dos mutaciones, ya en el primer día de vida de los pollitos recién nacidos, será que los Aminet presentarán los ojos rojizos, mientras que los Ágata los pre­ sentarán negros.
Debemos acostumbrarnos pues, a utilizar el término apropiado dependiendo a cuál de las dos mutaciones nos estemos refiriendo, sin caer en el complejo de estar siendo es­nob, ya que simplemente debemos adaptar­ nos a la nueva nomenclatura y unificar los conceptos, evitando así caer en el error de confundir o mezclar ambas mutaciones, ya que según estamos viendo, no son lo mismo.
Para entender bien esta mutación hagamos un repaso tanto de genética como de la teo­ría de las mutaciones.
Partimos de la premisa establecida de que la mutación Ágata es el primer factor de re­ducción. La mutación Ágata respeta en apariencia la eumelanina concentrada y redu­ce la cantidad de eumelanina dispersa y de feomelanina. Este efecto en el fenotipo del jilguero Ágata debería darnos un ejemplar típico, presentando el negro de su diseño muy intenso, el marrón tornando hacia gris mostrando un fondo más blanco y lumino­so, haciendo que el contraste de colores sea más evidente. El pecho debería tener una pátina grisácea, marcando el champiñón muy blanco, y el dorso debería aclararse por la reducción de la feomelanina presentando tonos grisáceos en lugar de tan marrones. La máscara roja intensa y la banda alar amarilla sin verse afectadas.
Al presuponer que la mutación Aminet es alélica al Ágata y a la Lutino (Ágata Satiné), avanzamos un paso más allá en cuanto al efecto de la mutación, siendo la Aminet una mutación un poco más alejada del fenotipo ancestral que la mutación Ágata, y a su vez mucho menos que la Lutino (Ágata Satiné).
Vamos a ver cuál es el efecto en el fenotipo del jilguero de la mutación Aminet. Describi­remos exactamente cómo debe ser, según el estándar un jilguero Aminet;
-La máscara de color rojo escarlata.
-Detrás de la máscara, amplia mancha blanca (a veces marrón según de qué subespecie se trate).
-Las mejillas y la garganta blancas.
-La corona, nuca y lore deben ser lo más negros posible.
-Cuello y garganta blancos con collar blanco formando una separación entre el negro de la nuca y el manto que será beige claro (tonalidad camel), al igual que el dorso.
-Los hombros jaspeado marrón-negro en los machos y marrón verdoso en las hem­ bras.
-Pecho beige con velo amarillento, el champiñón es casi invisible.
-Flancos de color beige muy claro con velo blanco.
-Rémiges negras, con una ampliaban­ da alar de color amarillo intenso. Puntos blancos al final de las plumas de vuelo.
-El obispillo será lo más blanco posible.
-Cola negra, con puntos blancos en las puntas de las rectrices. Habas blancas en las rectrices externas.
-Los ojos marrón oscuro. Las patas, dedos, uñas y pico son de color carne.
Una vez estamos decididos a criar esta mu­ tación del jilguero, debemos tener en cuenta otros aspectos como cuál es su transmisión hereditaria. En el caso del Aminet, se trata de una mutación recesiva y ligada al sexo. Esto quiere decir que encontraremos hem­bras y machos afectados por la mutación, así como machos que siendo de fenotipo ancestral, son portadores de la mutación ya que evidentemente, no existen hembras portadoras.
Para ir desterrando mitología absurda, de­bemos señalar que los machos portadores de Aminet, así como generalmente, la ma­yoría de portadores de otras mutaciones, no muestran signos de serlo. ¿Qué quiere decir esto? Simplemente que la información de la mutación está en el genoma del ejemplar. El fenotipo no está afectado, es en el genoti­ po (en la información genética), que no se puede ver, donde se encuentra la alteración con respecto al ancestral. El fenotipo debe ser clásico. Cualquier alteración o diferen­cia que pudiera aparecer en el diseño de un ejemplar clásico portador sería penalizable en concurso. Si bien es cierto que se pueden encontrar algunos pequeños detalles en al­ gunos ejemplares clásicos portadores, sobre todo en ejemplares muy trabajados, siendo por eso pájaros de trabajo, no aptos para presentarlos a certámenes ornitológicos. Por lo tanto, la única manera segura de saber si un pájaro clásico es portador de Aminet, es conociendo el cruce del que desciende. Si desconocemos este dato, otra alternativa sería ponerlo a criar para comprobarlo en la descendencia, aunque en gran medida de­ penderemos de la suerte.
Para la selección del Aminet de una manera adecuada, siempre pensando en ajustarse al estándar e intentando conservar buenos di­seños, es recomendable, como en todas las mutaciones, trabajarlos con buenos clásicos. No debemos olvidar que la clave de unos su­jetos mutados con buena forma, buen tama­ ño y buen diseño, pasa por incorporar ejem­plares clásicos de óptima calidad. Quizá la obtención de ejemplares mutados sea más lenta de la esperada, pero habrá que valorar los resultados en cuanto a calidad de estos ejemplares.
Cuando se priman aspectos en la cría que no son la selección y la aproximación al es­tándar de los ejemplares, ya sea en Aminet o en otras mutaciones, los resultados suelen ser pájaros con multitud de defectos, con malos fenotipos o fenotipos intermedios, re­ducción de talla, etc., y bien es sabido por los criadores, que una vez se presenta un defec­ to, lo complicado que resulta la mayoría de las veces, ir depurándolo.
Sabemos que, para obtener descendencia lo más óptima posible en cuanto a dise­ño, morfología, tamaño etc., hay que hacer emparejamientos de aquellos progenitores que pensamos que pueden proporcionar­ nos esos ejemplares de calidad. Sobre todo si queremos trabajar las mutaciones, desde luego habrá que mantener la cabeza fría y no hacer las parejas de cualquier manera, espe­ cialmente mezclando mutaciones que com­ binadas no aportan nada, sino todo lo con­trario; aquellas que hacen que los fenotipos sean intermedios, de los que obtendremos ejemplares mediocres, ya que como hemos comentado, hay casos en los que es prácti­ camente imposible discernir qué mutación es la que presenta, o que se desvía de lo que nos marca el estándar para dicha mutación.
Veamos que hay algunos emparejamientos cuyo resultado y conveniencia hay que ana­lizar para evitar precisamente, que caigamos en estos errores que acabamos de ver.
Entre todos los cruces que se pueden realizar con los Aminet, hay uno que siempre se de­ bería evitar; con la mutación Ágata. En cual­ quier sentido. Al cruzarse individuos de estas dos mutaciones, se produce un deterioro en el fenotipo de ambas, y se obtendrán suje­tos con fenotipos muy intermedios. Esto es; Aminet de fenotipo con tendencia al Ágata y Ágata con tendencia al Aminet que, en multitud de ocasiones podrían hacer surgir dudas más que razonables a la hora de clasi­ficarlos en una u otra mutación.
La mutación Ágata debe presentar un fe­ notipo que es muy difícil de encontrar ac­tualmente, ya que está siendo sometida a una constante "adulteración" en su fenotipo debido a cruces que se deberían evitar, en­ tre otros con el Aminet, pero sin olvidar los que se realizan con aquellas mutaciones que "afectan a la serie marrón" como los Bruno, Isabela y Satiné (Isabela Satiné). Defectos so­ bre todo en el color, que hace que los grises del pecho (champiñón) y espalda se tornen marrones o beiges.
Veamos dónde y cuáles son las diferencias, según indican sus estándares, entre las mu­taciones Aminet y Ágata;

Aminet. Ágata.
-Dorso beige claro (tonalidad camel).
-Dorso gris beige uniforme.
-Pecho beige con velo amarillento. El champiñón es casi invisible.
-Pecho Beige gnsaceo con el champiñón blanco en el centro.
-Flancos de color beige muy claro con velo blanco.
-Flancos gris beige, aclarado hacia la parte posterior.
-Vientre blanco.
-Vientre blanco sucio.
-Las patas, dedos, uñas y pico son de color carne.
-Las patas, dedos, uñas de color carne. La punta del pico negro. Las uñas oscuras.
Hay que señalar que, las mutaciones en el jilguero tienen diferentes matices según las subespecies. En este momento hay un auge de la cría de jilguero de nuestra subespecie; el jilguero parva. Sabemos que es una subes­ pecie con una acusada presencia de feome­ lanina. Esto es apreciable en zonas como las mejillas, el obispillo y el vientre. Además, hay que tener en cuenta que, según el sexo de los ejemplares, también se observan eviden­ tes diferencias. Consecuentemente, en las hembras, la presencia de feomelanina es más acusada, en especial en la subespecie parva. No es comparable lógicamente, el efecto de la mutación ágata o aminet dependiendo de la subespecie de la que proceda el ejem­ plar. En la subespecie frigoris o major, en los ejemplares ancestrales la presencia de feo­ melanina es muchísimo menor, por lo tanto, el efecto de la mutación ágata, lo mismo que aminet, que reducen tanto la eumelanina dispersa como la feomelanina, respetando en apariencia la eumelanina concentrada, tienen como resultado ejemplares mutados ágata y aminet, con un fondo muy limpio,de marcadísimos contrastes.
Por lo tanto, sirva de recomendación, que la opción más adecuada para trabajar los jil­gueros Aminet, es la de hacerlo con ejempla­res clásicos óptimos. Se consiguen así ejem­ plares en la descendencia con diseños más correctos. No pasa nada si no se presentan ejemplares mutados en la primera tempora­ da de cría, debemos pensar que los portado­ res nos sirven para mantener algunas carac­ terísticas como forma, diseño y vigor, siendo visibles estos resultados ya en la segunda temporada.
Espero que estas líneas hayan servido para aclarar un poco esta magnífica mutación del jilguero, y así podamos evitar la mediocridad de resultados en su cría debido a malos em­parejamientos. Además de animar a los aficionados a esta especie, que no son pocos, a intentar su cría, que tantas satisfacciones nos pueden dar.
Quiero agradecer a Javier Más, editor de Or­nitología Práctica, la cesión de las fotos de los jilgueros parva aminet, propiedad del criador Mariano Legaz, que acompañan este artículo. Así mismo, quiero agradecer a Ra­fael Martínez Morgado el resto de fotos, y su labor de edición y composición de este artí­ culo dándole su forma final.

Nosotros no vamos a publicar fotos (no queremos utilizar el trabajo ajeno sin permiso), solamente el trabajo de nuestro compañero y amigo Iñaki Marcos Miguelez siempre con su permiso y autorización. 

Puedes descargar el artículo en su formato original, tal y como me lo pasó Iñaki:



Aviario Julián Rodríguez, Núcleo Zoológico de Fringílidos
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