LA ORINA EN LAS AVES
La orina de las aves tiene un color blanquecino debida a los cristales de uratos derivados de su metabolismo proteico. Generalmente los uratos acompañan a las heces al mezclarse en la cloaca, siendo difícil su separación.
El color de la orina de las aves puede tener a veces coloraciones amarillas, verdosas o grisáceas, dependiendo de la dieta y el momento del día. Además, nos pueden indicar algunas patologías.
Cuando se desencadenan situaciones de estrés, la orina es más fluida y menos rica en uratos tomando colores blanquecinos transparentes.
Las coloraciones amarillas de la orina de las aves nos indican posibles daños hepáticos por la presencia de biliverdina o abusos en el uso de complejos vitamínicos. Ocasionalmente, pueden aparecer amarillentas por excesos de luteína en la dieta. El color amarillo verdoso puede sugerir también una enfermedad hepática.
Un color rojo-marrón indica la posible presencia de sangre en orina y, puntualmente, puede darse por intoxicación con metales pesados como el plomo o productos plaguicidas. Coloraciones de éste tipo nunca son normales siendo motivo de urgencia. Del mismo modo, la hematuria (presencia de sangre en orina), suele detectarse fácilmente por el propietario, indicando daños digestivos o renales.
La poliuria (exceso de orina), está relacionada con el estrés, diabetes, intoxicaciones y envenenamientos, consumo de sal, desequilibrios electrolíticos, dietas ricas en frutas y verduras o la toma de agua en exceso.
LAS HECES EN LAS AVES
Las heces de las aves deben analizarse de varias formas:
1.- ASPECTO MACROSCÓPICO: Se aprecia el volumen, la textura ,el tamaño y el olor de las mismas.
Las heces normales son inoloras. Generalmente se componen de heces verdes o marrones con forma de serpentina y los uratos de color blanquecino.
1.1- Coloraciones: Las heces de color verdoso brillante, con uratos amarillos, verdes o marrones indican procesos tales como hemólisis, posibles hepatitis, desnutrición, intoxicaciones o procesos infecciosos de etiología bacteriana. Heces de color amarillento pueden indicar hepatitis y lipidosis hepáticas. Heces de color negro pueden indicar la presencia de sangre digerida o el abuso de carbón activo. Las heces rojizas pueden darse por el abuso de colorantes tales como el carofil (cantaxantina 10%), la cantaxantina sola o el betacaroteno. La presencia de sangre fresca en heces indica posibles enfermedades de coagulación (generalmente por abuso de sulfamidas), daños hepáticos, papilomas o roturas oviductales.
1.2.- Tamaño/volumen: Volúmenes muy grandes de heces son propios de hembras que están en puesta y pasan largos periodos de tiempo en el nido. En algunos casos heces muy voluminosas indican un síndrome del mala absorción digestiva. Dietas muy ricas en fibra pueden dar lugar también a heces de mayor volumen.
Por otro lado, un volumen pequeño de las heces generalmente índica deshidratación sobre todo si las heces tienen un color verde oscuro.
1.3.- Consistencia: La presencia de semillas sin digerir en las heces indican una mala digestión de los alimentos, pancreatitis, enterítis o una proventriculitis generalmente por megabacterias (Macrorhabdus ornitogaster).
1.4.- Olor: Como hemos comentado éstas deben ser inoloras. El olor a "gallinero" puede indicar la presencia de bacterias del tipo Salmonella spp. El olor a hierro la presencia de sangre o fuertes anemias. El olor a "rancio" puede indicar una importante lipidosis hepática.
2.- ASPECTO MICROSCÓPICO
En el estudio en fresco de las heces al microscopio óptico se pueden observar restos de alimentos, uratos, pigmentos, bacterias, hongos y parásitos principalmente digestivos. La presencia de determinados tipo de bacterias en heces es normal por la propia flora digestiva del pájaro, considerándose patológica la presencia masiva de levaduras, células sanguíneas, células inflamatorias, parásitos y algunas bacterias.
Así pues, la flora digestiva normal de un pájaro suele componerse de un 60-70% de bacilos gram positivos y un 20-30% de cocos gram positivos, algunos bacilos gram positivos y alguna levadura. La presencia de cocobacilos gram negativos siempre es patológica en pájaros de jaula excepto en algunas pequeñas psitácidas y pájaros insectívoros.
Los análisis microscópicos se realizan a partir de hisopos cloacales o de heces frescas disueltas en solución salina fisiológica. Esta analítica de heces se conoce como coprologías y son pruebas diagnósticas que dan una pequeña información de las patologías que puede estar sufriendo nuestro canario, jilguero o aviario en general.
Las coprologías sirven para detectar algunos parásitos digestivos, algunos tipos de bacterias y algunas levaduras pero jamás son las pruebas que nos darán un diagnóstico definitivo del problema que sufre un ave.
Una coprología completa debe incluir un examen en fresco de las heces, una flotación en sulfato de zinc y un recuento en cámara Mc Master para valorar el grado de parasitación del ave. Además, debe hacerse un frotis y tinción de la muestra en busca de distintas poblaciones bacterianas y levaduras. Habitualmente se realizan cultivos microbiológicos y test de detección rápida de patógenos como los empleados para giardias o salmonelas.